Los gatos son sibaritas naturales y saben encontrar los mejores lugares de la casa para no pasar frío estos meses de invierno. Con todo, Federico Vilaplana, expresidente del Colegio de Veterinarios de Cádiz, nos ofrece 10 consejos, algunos específicos para estas fechas y otros útiles también durante todo el año, para que los gatos pasen el invierno del mejor modo posible:

1. Vigile el peso del animal. Tan malo es que nuestro gato tenga exceso de peso como que esté flaco. El peso ideal varía según la raza (y hay más de 100), pero la más común en España, el gato europeo, debe estar entre los 3,5 y los 4,5 kilos.

2. Aliméntelo para que expulse bien el pelo. Los gatos de pelo corto necesitan un pienso distinto de los de pelo largo, que necesitan expulsar más pelo. Hay piensos específicos para cada caso.

3. No tratemos al gato como si fuera un perro: no, no les gusta que los vistan. El gato tiene un abrigo natural y, salvo el sphynx, el gato sin pelo, no necesitan en general que les pongan prendas encima, que, además, suelen tolerar mal.

4. Anímelo al ejercicio y el juego. El gato es un cazador nato, aunque los humanos hemos aplacado en parte ese instinto dándole de comer en lugar de instándole a cazar. Es recomendable avivárselo comprando una esfera que le da una bola de pienso cuando el animal la hace rodar. En su psique, la habrá cazado. En todo caso, no todas las razas son igual de activas: un gato siamés será más juguetón, en general, que un persa.

5. Hágale un reconocimiento médico si es mayor de 12 años. Llévelo al veterinario para que compruebe sus niveles en sangre y el estado de sus riñones. A partir de los 9 años es relativamente frecuente la artrosis, y el frío y la humedad son perjudiciales para la calidad de vida.

6. Téngalo vacunado. El número de vacunas anuales que hay que suministrar al gato adulto varía según la comunidad autónoma donde nos encontremos. En todo caso, sobre todo en gatos jóvenes, es importante que las vacunas se pongan antes del invierno, porque son más susceptibles a enfermar por problemas respiratorios (rinotraqueítis, calicivirus, bordetella, clamidia…).

7. Hay menor riesgo de que se escapen, pero aún así… Los machos jóvenes tienen una propensión a escaparse de la casa y explorar su territorio, sobre todo si huelen a gata en celo. En invierno suelen hacerlo menos, pero aún así existe el riesgo. Por cierto, en las zonas geográficas que disfrutan de más luz solar, los celos de las gatas son más frecuentes.

8. Atentos a la desparasitación. En primavera suele haber más contagios, pero no hay que descuidar la desparasitación del animal en estas fechas.

9. Golpee el capó de su coche. El gato feral o callejero buscará, igual que sus congéneres que viven bajo techo, dónde refugiarse del frío. Muchos lo hacen en el interior de los coches, aprovechando el calor del motor. Los accidentes y mutilaciones son, desgraciadamente, muy habituales por esa causa. Es recomendable dar unos golpes en el capó antes de arrancarlo. Los gatos son extremadamente sensibles a los ruidos y ese gesto les hará abandonar su peligroso escondite.

10. Dele un refugio al animal que no lo tenga. Una simple caja de cartón puede suponer una salvación para un gato callejero. El frío y el hambre que pasan más en invierno hacen estragos en las poblaciones de los felinos que viven en la calle.